ASESINATO DE KENNEDY 41º: CONTACTO CON ESTRUCTURAS TOTALITARIAS (5)

Muchas horas después hubo un golpe en la puerta, un hombre joven que yo no reconoci me pregunto si podía entrar, el era el hijo del periodista que me había entrevistado en Nueva York cuando el era un niño. El me dijo que su madre deseaba que yo supiera que yo podria estar en peligro, si me encontraba con ella, pero que ella estaba esperándome  a una cuadra del lugar si yo todavía deseaba verla. Ella  me abrazo y me dijo que de todos los amigos que tenia en estados unidos yo era el único que deseaba verla desde que su esposo fue arrestado. Yo le pregunte sobre que podía hacer para ayudar, ella me dijo que algunos miembros del partido Checo respetaban el trabajo que yo había hecho con respecto al asesinato de Kennedy. Podría yo pedirle al gobierno que liberarán a su marido, estuve de acuerdo en hacer cualquier cosa que yo pudiera, pero le asegure que yo tenia poca influencia con cualquier gobierno. Cuando llegue a casa yo envié cartas y telegramas, hice llamadas, vistas a gente importante en un esfuerzo por lograr la libertad, después por razones que no tenían que ver con mis esfuerzos supe que el periodista había sido liberado. Mi pelicula documental ''Rush to Judgement'' aunque había ganado varios premios fue un simple trabajo, cuya fuerza no estaba en lo artistico, simplemente había permitido a los testigos del asesinato de Kennedy hablar a la gente americana. Esta fue la pelzcula que impresionó a los organizadores del festival y acepté su invitación. En 4 días los jurados vieron y calificaron a mas de 100 peliculas, la mayoría de ellas cortas. Yo estaba urgido para visitar la arquitectura de la ciudad. Visite la universidad de leipzig fundada en 1409. En el festival se mostraron un número importantes de peliculas. Pero su importancia se perdía  ya que fueron comprimidas y proyectadas una tras otra. Nunca volví a ser invitado al festival del documental en leipzig, ningún libro escrito por mi fue publicado en la union soviética, los burócratas soviéticos aparentemente ya no estaban enamorados de una voz independiente que fuera su contraparte en Washington. 

ALVARO VILLA FONTALVO